"Sara Bah Sidchmed en La Zarza-Perrunal: Un Viaje de Acogida y Esperanza"
En La Zarza-Perrunal, varias familias han participado en el programa de acogida de niños saharauis, ofreciéndoles un hogar temporal durante el verano. En esta entrevista, conversamos con Ana Mari y José Javier, una de esas familias, para conocer su experiencia, lo que los motivó a participar y cómo ha sido convivir con estos niños. Hablaremos sobre los momentos más especiales y lo que esta iniciativa ha significado para todos ellos

Podríais contarnos como comenzó vuestra experiencia de acogida de niños saharauis?
Nuestra experiencia el primer año fue bastante difícil, porque nuestra niña era pequeña, era la primera vez que se alejaba de su progenitora y hermanos. Además, llegaba a una casa desconocida para ella, se pasaba las noches llorando y llamando a su mamá (“lo poquito que le entendíamos”) Posteriormente, a mi marido, ella lo veía como referente de la familia, y no lo aceptaba. Con el inconveniente de que yo trabajo a turno, y la situación era complicada.
Esto cambió pasado un mes, donde la niña se sentía a gusto y sabía que esto era temporal.
Agradecemos de antemano la gran ayuda que nos brindó nuestro amigo Louali, además de nuestros familiares y amigos, siempre dispuestos a la situación que se daba.
Es de mencionar que estos dos últimos años han sido maravillosos, ella venía a disfrutar y pasárselo bien, destacando un comportamiento excelente hacia nosotros.
¿Qué os inspiró a participar en este programa?
Fue algo que he tenido en mente desde siempre y hablándolo con gente cercana mincitaron a dar el paso, el cual lo volvería a hacer. Por consiguiente, se lo debía a mi querida madre, ya que era una de las ilusiones que
por diferentes motivos no lo pudo llevar a cabo.
Además la asociación de El Cerro de Andévalo fue al Sahara y me dijeron que había una niña preciosa que tenía ganas de venir, ellas conocedoras de la ilusión que yo tenía, me facilitaron las ideas de acogerla.
Nos encantaría saber los nombres de los niños y si han acogido a más de uno a lo
largo de los años
Llevamos tres años con la misma niña, Sara Bah Sidchmed. Por desgracia, este último año 2024 es el último
que ha podido venir con el programa de vacaciones en Paz.
¿Podríamos describir como ha sido la experiencia de convivencia con los niños saharauis a lo largo de los años?
La experiencia ha sido única e inolvidable. Los verano han sido muy cortos pero intensos a la vez (y todo trabajando a turnos, haciendo cambios de turnos…). Hemos intentado que disfrute todo lo posible llevándola a feria de pueblos alrededores, playa, parque acuático, parque, salir de paseo por las noches, piscina, cine, etc… Además de compartir vivencias con los demás niños del pueblo.
¿Cómo ha sido el día a día en casa durante estos veranos compartidos?
El día a día como una más en casa, se levantaba súper tarde, frecuentaba el sofá, pedía coger el móvil para hablar con su familia; posteriormente desayunaba leche con galletas o frutas (siempre de antojo).
A mediodía comía lo que le gustaba y no faltaba un día sin comer melón, sandía o uvas.
Preguntaba si el otro niño Bechri si iba a venir a su piscina. Es de destacar, que ambos se llevaban muy bien y además Sara nos ha servido de traductora a la otra familia del niño. Se hartaban de agua y de bucear y así pasaban tarde tras tarde.
Llegaba la noche y yo le decía que si tenía las pilas recargadas, porque no era normal la energía que tenia. No quería irse a dormir y así lo sufrimos noche tras noche y nos acordábamos cuando sonaba el reloj para empezar la jornada laboral.
¿Podrías contarnos alguna experiencia o recuerdo personal que haya sido significativa para ustedes o para los niños?
Le prometimos que si se portaba bien haríamos el esfuerzo de ir a los campamentos de refugiados, donde ella vivía. Así fue, en octubre de 2023, nos fuimos mi marido y yo y además de Isa, Olga y Francisco (ellos se trajeron a su hermano ese mismo verano).
Me podría llevar toda la entrevista hablando, pero me quedo con lo felices que son, te dan todo sin tener nada. Nos trataron como si de su familia se tratase, no nos faltó de nada, aún sabiendo de las necesidades que tienen y de los pocos recursos a los que pueden acceder. Pero su padre nos decía: “estamos muy agradecidos por lo que habéis hecho y hacéis hacia nuestros niños”
Un recuerdo inolvidable: cuando vio la piscina, su cara era de asombro y admiración al ver tanta agua.
Otro recuerdo, fue cuando el 2º año nos llevamos a su hermano (Ahmed) y Bechri al Castillo de las Guardas, lo que disfrutaron esos niños dándole de comer a los animales…
Este verano fuimos a Isla Mágica, Sara y Bechri, sus caras lo decían todo. Esta niña notenía miedo a montarse en nada, incluso en las atracciones más peligrosas…
¿Qué desafíos has encontrado durante estos años de acogida?
El primer año nos costó mucho entenderla, pero destacamos que se fue hablando español.
El intentar compartir y entender sus tradiciones y costumbres.
A pesar de la experiencia positiva, ¿hubo retos culturales, emocionales y logísticos?
Ella tenía un trajín con el tema de las capillas que vienen a su casa, lo difícil que era explicarle quien era el Corazón de Jesús, ella nos decía que porque le dejábamos dinero y porque le dábamos un beso.
Siempre tenía en mente y nos decía que Alá era el Dios de todos, y no entendía porque teníamos nosotros otro Dios. Por mucho que intentamos explicárselo no la hemos convencido nunca.
¿Mantenéis contacto con los niños o su familia después de que regresen a los campamentos saharauis?
Nosotros estamos en contacto todo el año, sus padres hablan español, y eso nos facilita la comunicación.
Nos comunicamos con ellos a través de videollamadas y le ayudamos en lo que podemos dentro de nuestras posibilidades.
¿Cómo veis el futuro de estos programas de acogida? ¿creen que se les da la visibilidad y el apoyo necesario?
El futuro de esos programas lo vemos un poco crudo y difícil ya que cada vez hay menos familiares de acogida. Los jóvenes no se animan por las responsabilidades que requiere.
A esto hay que unirle el principal problema que hay allí, que esperemos que en un futuro no muy lejano se resuelva y se le pueda dar un referéndum de autodeterminación e independencia para el pueblo saharaui.
Creemos que se le debería de dar más visibilidad y apoyo por parte de las diferentes instituciones.
Y por último, ¿qué le dirías a otras familias que están considerando participar en un programa de acogida como este?
Les aconsejaría que vivan esta experiencia, ya que es muy gratificante y a la vez muy humanitaria. Es una gran labor, ya que vas teniendo vínculos de unión con personas que tienen otra forma de ver la vida, careciendo de muchas necesidades.
Por último quiero expresar que las ayudas humanitarias han descendido notablemente, lo que hace que la vida allí sea bastante dura e insostenible.
Agradecemos el apoyo y la ayuda recibida de nuestros familiares, amigos y familia de Bechri, además de la asociación “Amigos del pueblo saharaui del Andévalo”, que es la nos ayudó a comenzar esta aventura.
¡¡¡SAHARA LIBRE!!! Os apoyamos en la causa
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