UNA GRAN FAMILIA. LA HISTORIA Y VOCACION DE LA RESIDENCIA DE LA ZARZA-PERRUNAL

Hace 20 años, se inauguró en La Zarza-Perrunal una Residencia para personas mayores, gracias a la visión y determinación de Mari Carmen Díaz Naranjo, enfermera que llegó a nuestro pueblo desde La Puebla de Guzmán. Su labor convirtió a Mari Carmen en una de las figuras más influyentes de nuestra comunidad. Durante todos estos años, muchas personas mayores han recibido cuidados en el centro, y numerosas familias han expresado su gratitud por la atención dedicada a sus seres queridos.


Hoy tenemos la oportunidad de conversar con Juan Jesús, actual director de la Residencia de La Zarza-Perrunal.

Juan Jesús, muchas gracias por concedernos esta entrevista. Para comenzar, ¿podrías contarnos un poco sobre ti y tu relación con La Zarza-Perrunal?

Buenas tardes, mi nombre es Juan Jesús Díaz Naranjo, tengo 53 años y soy de La Puebla de Guzmán. Mi relación con La Zarza comenzó en 1979, cuando llegué con mi hermana Mari Carmen, quien trabajaba como enfermera en el antiguo hospital de la compañía.

Cuéntanos, ¿cómo se fundó la Residencia de La Zarza-Perrunal? Sé que tu hermana, Mari Carmen, fue fundamental en este proceso. ¿Qué la motivó y cómo fueron esos primeros pasos?

La idea de crear una residencia en La Zarza surgió de mi hermana, fundadora e impulsora del proyecto. En esos años, trabajaba junto al Dr. Bartolomé García, el médico de la mina, y fue entonces cuando comenzó a darle vueltas a esta idea. Su primera intención fue utilizar las instalaciones del antiguo hospital, pero la normativa vigente lo hacía inviable, así que se decidió demolerlo y construir un nuevo edificio en 2002, que abrió sus puertas en octubre de 2004.

El nombre de la residencia es "Casa Residencial Dr. Bartolomé García González-Toruño". ¿A qué se debe este nombre?

El nombre es un homenaje a Don Bartolomé, quien fue muy importante en la vida profesional de mi hermana. Para ella, era como un padre en lo profesional y le tenía una inmensa admiración.

¿Cómo llegaste a ser director de la residencia? ¿Siempre te interesó trabajar en este sector?

Mi hermana Mari Carmen fue la directora del centro hasta que cayó enferma, y en ese momento tuve que asumir la dirección en todos los aspectos. Originalmente, me dedicaba a la hostelería, el negocio familiar, pero fue mi hermana quien me propuso unirme a su proyecto. Ella siempre fue muy importante para mí, así que acepté sin dudarlo. Desde entonces, he sentido una conexión especial con la residencia y con este trabajo.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu día a día aquí? ¿Y qué es lo que te resulta más difícil?

Lo que más disfruto es poder ayudar a los demás. Me da mucha satisfacción recibir a una familia con algún problema y poder brindarle una solución. El trato y el cariño hacia los abuelos es algo muy gratificante. Lo más difícil, sin duda, es la pérdida de algún residente, algo que nos afecta profundamente a todos en el centro.

¿Cuántas plazas tiene la residencia y con cuántos profesionales cuenta actualmente?

El centro tiene capacidad para 49 residentes. El equipo de profesionales está compuesto por entre 25 y 28 personas, y siempre digo que somos una gran familia.

¿Qué cualidades valoras más al contratar a alguien para trabajar aquí?

La contratación es un proceso muy importante. Buscamos personas con empatía para tratar a personas mayores y que sean profesionales en su campo. Siempre intentamos fomentar la contratación en la zona, especialmente de La Zarza.

¿Cómo os asegurais que cada residente reciba el cuidado que necesita, especialmente aquellos que requieren más ayuda?

La atención a los abuelos es nuestra prioridad. Es fundamental estar atentos a sus necesidades y preocupaciones para poder responder de la mejor manera posible, ya que son una población muy vulnerable.

¿Qué tipo de actividades se realizan para mantener a los residentes entretenidos y con buen ánimo?

Tenemos un programa anual de actividades que incluye juegos recreativos como bingo, dominó y cartas, así como actividades cognitivas, como dibujo, lectura y ejercicios de matemáticas básicas. También realizamos ejercicios grupales y físicos para mantener cierto grado de movilidad en los mayores. La actividad favorita de los abuelos es, sin duda, el bingo.

¿Actualmente colaboran voluntarios o vecinos del pueblo en las actividades de la residencia?

Hace un tiempo tuvimos algunos voluntarios, aunque actualmente no. Sin embargo, hay una persona que, por acuerdo con las familias, pasea a algunos abuelos. Desde aquí, le agradezco su dedicación; es uno más entre nosotros.

La pandemia fue dura para todos. ¿Cómo la vivisteis en la residencia? ¿Qué medidas se  tomaron para proteger a los residentes y al personal?

La pandemia fue de los momentos más difíciles que hemos vivido en el Centro, Al principio, mas por lo que se escuchaba en los medios de comunicación, y  como estaba afectando en las residencias.

Aquí desde el principio tomamos todas las medidas, partiendo de las distancias recomendadas, aislamientos, mascarillas, guantes, higiene de manos etc…, con mucha  precaución en el  contacto con los abuelos; todas estas medidas las llevamos  a la vida personal, fuera de aquí, para no afectar a los abuelos.

Yo podría decir que el primer año fue como un infierno, el miedo al contagio, y que pasara algo trágico.  Tuvimos la gran suerte, de no tener trabajadores y abuelos infectados hasta  después de las vacunas, por lo que fue algo más leve. Agradecer desde aquí a las  personas  y entidades que nos ayudaron, pero siempre y en  primer lugar a la plantilla de profesionales del Centro, que supo estar a la altura de exigencias en esos tiempos difíciles.

Otro momento complicado fue hace cuatro años, cuando tuvieron que desalojar la residencia debido al incendio de Almonaster. ¿Cómo lo vivisteis y qué fue lo que más te preocupó en ese momento?

El incendio fue, junto con la pandemia, de esos momentos marcados en negro, por la repercusión que supuso para nosotros. A finales de agosto de 2020,  un domingo al mediodía contactan conmigo de la Junta de Andalucía y me comunican  que debemos evacuar el centro. Todavía recuerdo ese momento y se me ponen los pelos de puntas, el camino de mi casa a la Residencia, llamar a los trabajadores para  comunicar que había que evacuar a los abuelos, la llegada de los trabajadores, llamadas de familiares, llamadas de la Junta de Andalucía para comunicarnos donde íbamos a ser evacuados, llamadas del dispositivo de Emergencias del incendio , llegada de ambulancias y vehículos adecuados para el transporte de los abuelos. Hubo un momento, que pensé que me moría,  no podía con tanta presión y todo el mundo esperando una respuesta mía…….. Pero por supuesto, tenía que dar tranquilidad y transmitir confianza en  que no iba a pasar nada y todo iba a salir bien……

¿Qué aprendisteis de esa experiencia?

De lo anterior, tanto la pandemia como el incendio y la evacuación del centro,  me queda al final un  recuerdo positivo, a pesar de ser de los momentos más dramáticos que hemos vivido… Siempre estaré agradecido desde el puesto que ocupo  a los trabajadores del centro, ya que trabajamos por el  bien de los abuelos, familiares; nos demostramos que somos  una familia y que trabajamos por el bien común….

¿Cómo manteneis informadas a las familias sobre el estado de los residentes? ¿Qué papel tienen las familias en el día a día de la residencia?

La relación con las familias es fundamental. Mantener una comunicación constante, ya sea por teléfono o en persona, es esencial para asegurar el bienestar de los abuelos y responder a cualquier inquietud de las familias.

¿Podrías compartir alguna historia significativa sobre el impacto de la residencia en la vida de alguien?

Relatar alguna historia creo que no es justo, ya que podríamos contar muchas, y anécdotas que han pasado en estos 20 años, que han sido muy gratificantes, tanto para el centro como para los abuelos y familiares; más bien hablaría en general, del día a día, ver a los abuelos felices, la complicidad con la que nos relacionamos,  un gesto de cariño como si de un familiar se tratase, ese familiar que visita a su ser querido y te da las gracias por lo bien que lo ve atendido…

¿Tienes algún plan o idea para mejorar la residencia en el futuro?

Mi objetivo es seguir trabajando cada día por el bienestar de los abuelos y del equipo. Creo que lo más importante es esforzarnos en el presente para que el mañana sea mejor que el ayer.

¿Cómo ves el futuro de las residencias de mayores? ¿Crees que habrá cambios en los próximos años?

Creo que las residencias están consolidándose en la sociedad, y la percepción hacia ellas ha cambiado. Antes, la idea de llevar a un ser querido a una residencia podía ser negativa, pero ahora se ve con otros ojos. El cambio lo veo más en la sociedad, se va a aceptando más este tipo de centro La igualdad en el ámbito laboral ha cambiado la mentalidad, y esto es muy positivo para el sector.

Para finalizar, ¿qué mensaje darías a las familias que están considerando traer a su ser querido a la residencia?

Lo más importante es que estén decididos a dar el paso. Les diría que se tomen el tiempo necesario para tomar la decisión, y que, no duden en visitarnos sin ningun tipo de compromiso, para hablar y aclarar todo tipo de dudas.  Aquí estamos un gran equipo de personas dispuestas a ayudar en lo que haga falta.

Juan Jesús, muchas gracias por concedernos esta entrevista. La dedicación de todos vosotros en el cuidado de nuestros mayores es digna de admiración. Los vecinos de La Zarza-Perrunal estamos agradecidos y orgullosos de contar con unas instalaciones y un equipo como el vuestro. ¡Gracias nuevamente!

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